El bañuelo, situado en la Carrera del Darro, fue uno de los baños más importantes de la ciudad durante siglos. A pesar de que se construyó encima de él una casa particular cristiana (o tal vez gracias a ello) sobrevivió a la «quema de los baños», organizada tras la toma de Granada. Los baños árabes, o Hamman, tenían muy mala reputación entre los cristianos, comparándose con burdeles.
Los Hamman respetaban el estilo romano de baños, con aguas frías, templadas y calientes. La estructura del Bañuelo respondía a un Hamman típico:
- Patio de acceso con alberca central, que daba paso al Alhami (donde había un guardia) y al vestuario
- La sala fría o de refresco
- La sala templada o de vapor
- La caliente, con una caldera y un horno que servían para poner el agua a más de 40 grados.
La construcción del Bañuelo se sitúa alrededor del siglo XI, siendo uno de los hamman más antiguos, completos y bien conservados de toda España. Afortunadamente, estos baños han sido bastante mimados y no sufrieron los efectos del devastador siglo XIX. Fueron declarados Monumento Nacional en 1918, y se llevó a cabo una extraordinaria y respetuosa restauración, obra del arquitecto Leopoldo Torres Balbán
Lo que más llama la atención de este lugar es el la sensación de paz que destilan sus muros, arcadas y tragaluces. El bañuelo es una maravilla perfectamente conservada que no podéis dejar de ver.
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