Construida en 1609, la Casa de las Chirimías es uno de los primeros edificios barrocos de la ciudad. Éste edificio se usó como mirador desde el que las autoridades de la ciudad presidían los festejos y eventos públicos.
Era frecuente que en el Paseo de la Puerta de Guadix (antiguo nombre del Paseo de los Tristes) se celebraran fiestas de toros y cañas, torneos y mercadillos. Pero el lugar no disponía de un aforo que pudiera soportar la afluencia de un público cada vez más numeroso. Para solucionarlo, parte del cauce del río Darro se cubría con andamios, que servían para dar un espacio extra.
Las Chirimías
Durante estas celebraciones, y para amenizar a los presentes, se situaba en el piso superior un grupo de músicos; tocaban, principalmente, percusión y chirimías. Éstas eran instrumentos musicales de viento, antepasados del oboe, con un sonido agudo y potente. El puente que marcaba el inicio del paseo, así como el edificio acabó por tomar el nombre de estos instrumentos, manteniéndolo hasta nuestros días.