Ruta de 2 horas por el Sacromonte
¿Venís con ganas? ¿Habéis traído calzado cómodo? Perfecto. Empezamos entonces a caminar desde el final del Paseo de los Tristes. La mera visión de la Cuesta del Chapiz puede ocasionar algún que otro mareo, pero ya sabéis aquello de «sin dolor no hay gloria», ¿no? Además, nuestra primera parada está a pocos metros del principio de la cuesta. Hemos llegado casi sin darnos cuenta al Palacio de los Córdova.
Una nota común que nos acompañará durante toda la ruta es la interesante vista de ésta. No son las típicas vistas desde el Albaicín que todos habéis visto en fotos, o en televisión; se trata de una vista de la cara noreste del monumento que no dejará a nadie indiferente. Ahora, ¡tomad fuerzas que continuamos!
El Carmen de la Victoria
Unos 100 metros cuesta arriba encontramos nuestra segunda parada. Aunque técnicamente no pertenece al Sacromonte, es visita obligada; el Carmen de la Victoria es otra de esas joyas desconocidas de Granada. Se trata del único carmen público de la ciudad. En 1945 la Universidad de Granada adquirió este edificio y actualmente lo usa como residencia de invitados. Por fuera parece una casa más, pero una vez dentro, encontramos un vergel de fuentes, huertos y jardines. Allí podemos sentarnos a tomar un café, rodeados literalmente de vegetación; escuchar poco más que el murmullo del agua de las fuentes, mientras leemos un libro; o deleitarnos con una espectacular vista de la Alhambra. Os aseguramos que será una de esas experiencias que llevaréis con vosotros para siempre.
La estatua de Chorrojumo
Continuamos nuestra ascensión con fuerzas renovadas. Poco más arriba nos da la bienvenida la Estatua de Chorrojumo. Mariano Fernández Santiago ‘Chorrojumo’ fue uno de los personajes más famosos de la Granada del siglo XIX.
Su fama se debe al gran pintor Mariano Fortuny. En el viaje de novios que éste hizo a Granada en 1868, y durante una visita al sacromonte, quedó encandilado con la imagen de 3 gitanos en una fragua, que cantaban mientras golpeaban el yunque con sus martillos. Especial atención le prestó a uno de ellos, de piel muy morena, al que pidió que posara para él, vestido con atuendos goyescos. A este gitano le gustó tanto aquel elegante atuendo, que desde entonces se empezó a llamar a sí mismo «Principe de los Gitanos».
Chorrojumo cambió su trabajo en la fragua por el de guía para turistas y modelo para fotógrafos y pintores. Gran parte de las descripciones e historias que contaba este singular personaje provenían de los Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving. No podía, pues, ser otro que Chorrojumo, el que presidiera la entrada del arrabal calé de la ciudad.
Casa del Chapiz
Giramos hacia la derecha y tomamos el Camino del Sacromonte. Pero nos detenemos enseguida, ya que a nuestra diestra encontramos la Casa del Chapiz. Este edificio acoge la Escuela de Estudios Árabes. Resultado de la fusión de dos casas moriscas de la misma familia, este palacete reúne elementos góticos, renacentistas y mudéjares, como ya vimos en el Palacio de los Córdova. No podremos visitar el interior, pero lo realmente interesante está por fuera. Dos preciosos patios, y un jardín con, ya habréis adivinado, vistas a la Alhambra. ¡Vais a acabar conociéndola desde todos los ángulos! Por cierto, la entrada a este palacio es gratuita los sábados.
Camino del Sacromonte
Seguimos subiendo por la calle y poco más adelante, el terreno se vuelve bastante más llano, lo que nos permitirá admirar mejor las vistas.
Caminar por este barrio es caminar por la historia de los marginados de la ciudad. Tras la toma de Granada, muchos musulmanes y judíos fueron expulsados de sus hogares; posteriormente se les unieron nómadas gitanos. Las primeras cuevas se construyeron a principios del siglo XVI y constituyeron un gueto extramuros de la ciudad, fuera del control administrativo y del orden eclesiástico. Una de las múltiples leyendas de Granada, la leyenda del barranco de los negros, nos ofrece un origen alternativo para estas cuevas.
El paseo por el Sacromonte tiene un sabor distinto. Mientras nos adentramos en el barrio nos inunda una sensación extraña. Parece que nos hubiéramos alejado mucho de la ciudad, pero sólo estamos a 20 minutos andando del centro. La vista que tenemos a nuestra derecha, nos muestra la Alhambra, escorada, y la dehesa del Generalife; en su falda norte encontraríamos, si pudiéramos cruzar el Darro desde nuestra situación, la famosa Fuente del Avellano.
Llegamos, tras un agradable paseo, al Museo Etnológico de la Mujer Gitana, un lugar donde podremos conocer mejor la situación de esta etnia en España. Y ahora hemos de tomar una decisión; podemos girar a la izquierda por el Barranco de los Negros y subir hasta el Museo Cuevas del Sacromonte.
Podemos también continuar por el Camino del Sacromonte hasta encontrarnos, 15 minutos más adelante, la Abadía del Sacromonte.
La última opción, compatible a las dos anteriores, implicaría desandar nuestros pasos hasta la cueva Venta el Gallo, subir por la calle en la que se encuentra, y conectar con la Vereda de Enmedio, en la que encontraremos un mirador de los que ‘quitan el sentío’.
Mirador de la Vereda de Enmedio
Subimos por esta calle empinada. Al poco de pasar la Venta el Gallo, giramos a la izquierda y tomamos la calle Vereda de Enmedio. ¡No tiene pérdida! Una vez en ella, y tras caminar unos 200 metros, encontraremos el mirador. ¿Qué os parecen estas vistas? ¡Im-pre-sio-nan-tes! Además, unos 50 metros más adelante, en la misma calle, encontramos otro mirador, el de Mario Maya. Aquí es frecuente encontrarse gente tocando y cantando flamenco. Las vistas son muy parecidas a las del mirador anterior, pero aquí además tendremos un Bar en el que tomarnos unas cañitas para reponer fuerzas.
Desde aquí en invierno podrás ver las chimeneas (aunque ya sean modernas de pellets en Granada) y queda muy bonito
Barranco de los Negros
Si nos hemos decantado por subir hasta el Museo Cuevas del Sacromonte, hemos de subir por una calle cuyo inicio asusta un poco. Pero no os preocupéis, no os harán falta piolet ni crampones. Además, las vistas desde el museo son de las mejores que podemos disfrutar en toda la ruta.
La última parada del paseo que os sugerimos sería la Abadía del Sacromonte, unos 10 minutos más adelante de la bifurcación del barranco de los negros. En cualquier caso, e independientemente de la duración de nuestra ruta, el disfrute está asegurado. Si nos decantamos por hacer esta visita de noche, el ambiente será completamente distinto al del día. No podremos acceder a los edificios ni a los museos, pero si tendremos la posibilidad de ver alguno de los espectáculos flamencos que hay en las cuevas. Os recordamos que además podréis encontrar ofertas de cena más espectáculo en varios restaurantes de la ciudad. Los más importantes:
- Los jardines Zoraya, en el Albaicín.
- La Ruta del Azafrán, en el paseo de los tristes.
- La cueva La Rocio, en el sacromonte.
- La cueva Venta el Gallo, en el sacromonte.
Smiling en el sacromonte
Instagram se viene al sacromonte con nosotros. ¡Qué chulada de fotos está colgando la gente! ¿Quieres verlas?
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Ocio y cultura
Cuevas Flamencas
Hay varias cuevas en las que se ofrece cena y espectáculo flamenco, o tienen concertada la cena con diversos restaurantes de la ciudad; en este caso se incluiría el transporte y el espectáculo. Las más conocidas del sacromonte serían:
- Cueva Los Tarantos.
- Cueva La Rocio.
- Zambra María la Canastera.
- Venta El Gallo.
- Sin duda nuestra recomendación es este tablao flamenco en Granada
Hay alguna cueva que convendría evitar. Pasada la cueva La Rocio, en dirección a la abadía, podríamos encontrarnos con alguien que se ofrece a enseñarnos su cueva diciendo que «todo es gratis», mientras nos abre una cerveza «cortesía de la casa». Al salir de la cueva se nos dirá que hay que pagar la voluntad, que en este caso suele estar bastante bien tipificada, y no es nada barata.
Museos
En esta zona encontramos tres museos:
- Cuevas del Sacromonte.
- Museo Etnológico de la Mujer Gitana.
- Museo de la Abadía del Sacromonte.
Curiosidades
La leyenda del Barranco de los Negros
La leyenda nos sitúa tras la Toma de Granada, cuando muchos nobles árabes emprendieron el camino del exilio a tierras africanas. Partían con dolor, dejando la tierra que poblaron sus ancestros durante largos siglos; en sus corazones quedaba la esperanza de regresar alguna vez. Con esto en mente y, temerosos de que pudieran ser despojados de sus fortunas por salteadores de caminos en su ruta hacia los puertos de Almería y Almuñécar, decidieron enterrar sus más preciados tesoros en el monte de Valparaíso (antiguo nombre del sacromonte)
Por otro lado, multitud de esclavos fueron liberados por estos nobles, ya que viajar con su séquito resultaba extremadamente costoso. Los esclavos, en su mayoría de raza negra, conocedores de las idas y venidas de sus señores a la colina del Sacromonte y de los miedos y pensamientos de éstos, decidieron quedarse. Recuperada su libertad, y sin trabajo ni pertenencia alguna, planearon horadar el monte en busca de los tesoros. Y excavaron sin descanso, hasta que, extenuados y sin hogar alguno, decidieron acondicionar los agujeros que habían ido realizando. Esto daría lugar a las primeras cuevas del sacromonte, y el barranco de los negros recibiría su nombre en honor de aquellos esclavos.
Posteriormente se les unieron en su búsqueda los gitanos. Con ellos realizaron sortilegios, preguntando a los elementos por la localización de los tesoros. Se cree que nunca fueron encontrados y que todavía están enterrados en algún lugar del Sacromonte.
La Tortilla Sacromonte
Uno de los platos estrella de la cocina granadina toma su nombre en honor a la Abadía del Sacromonte.
Se dice que estando la abadía en pleno apogeo, un canónigo de la misma llegó de madrugada, tras un largo viaje, exhausto y muerto de hambre. Nada más llegar, llamó al encargado de la cocina para que le pusiera algo de cenar. Éste, contrariado, le dijo que sentía mucho no poder complacerle, ya que a esas horas no tenía en la alacena nada más que restos. El canónigo le respondió imperturbable: Pues tomas todos esos restos, les pones unos huevos y me haces una tortilla.
Los restos a los que se refería el cocinero eran, y esta es la receta tradicional: dos sesadas de cordero, seis criadillas de cordero, dos patatas grandes, seis pimientos morrones, 50 gramos de guisantes, 50 gramos de chorizo, 100 gramos de jamón serrano, 8 huevos, aceite de oliva, una hoja de laurel y sal.
Dónde dormir
Si queremos pernoctar cerca de este barrio, encontraremos múltiples opciones. Las más destacadas:
- Hostel White Nest
- Hotel Macia Plaza
- Hotel Shine Albayzin
- Granada Five senses rooms & suites
- Hotel Alixares
Dónde comer
La verdad es que el punto fuerte del Sacromonte quizás no sea la gastronomía. Hay un par de sitios donde uno puede tomarse unas cañas o comer unos bocadillos, y 2 restaurantes que dan buenas cenas:
- Café Bar Bocadillería Pibe. Lugar de buena atención y buenos precios.
- Chiringuito de Pepe y Amigos. En el mirador de la Vereda de Enmedio. Impresionantes vistas y buen trato.
- Sala La Chumbera. Un lugar especializado en fiestas y eventos. Excelente lugar para organizar banquetes, con unas vistas insuperables.
- Cueva La Rocio. Cocina típica granadina y espectáculo flamenco. ¡Imprescindible!
- Cueva Venta el Gallo. Cocina Andaluza y espectáculo flamenco. Otro de los lugares emblemáticos del Sacromonte.
Si queréis comer a medio día, recomendamos cualquiera de los restaurantes de la Carrera del Darro o del Albaicín
Cómo llegar
Desde plaza nueva podemos coger el microbús C2 o un taxi, aunque recomendamos hacer la ruta a pie desde esta plaza, ya que el camino no es muy largo y nuestros ojos nos lo agradecerán.